jueves, 6 de septiembre de 2012

XIII Centenario de la Fundación de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara


Por: Sor Clara de la Cruz

800 años han pasado desde aquella noche del domingo de ramos de 1212, cuando la joven Clara de Asís de apenas 17 años, noble, rica, educada según su rango; huye clandestinamente de la casa familiar dejando a un lado la seguridad de una vida acomodada, un matrimonio ventajoso, bellos vestidos y manjares exquisitos, para seguir a “Jesucristo pobre y crucificado” al estilo de Francisco de Asís quien fue su guía después de Dios. El la esperaba junto a sus hermanos en la capillita de Santa María de los ángeles, cuna de nuestro orden “aquí consagró  su vida a Cristo” y nace la orden de las hermanas Pobres de Santa Clara, conocida popularmente como Hermanas Clarisas.

Clara es llevada por Francisco a la Ermita de San Damián donde inicia la nueva forma de vida evangélica, y consiguió junto a Francisco identificarse con Cristo y ponerse al lado de los pobres, se le unen primeramente Inés su propia hermana y luego muchas jóvenes de la nobleza de Asís. Su mayor inspiración será la encarnación del Hijo de Dios que hecho niño es envuelto en pobres pañales, la contemplación de Cristo pobre y crucificado en los rostros sufrientes deel pueblo y la Eucaristía centro de su forma de vida.

Clara de Asís, mujer que marcó los comienzos del franciscanismo con su personalidad fiel y decidida, marcó profundamente la vida de la Iglesia ya que es la primera mujer que escribió una regla (forma de vida) y tiene una fuerte influencia en la realidad de su pueblo con su oración eficaz.

A 800 años la frescura del carisma de nuestra Madre Santa Clara refresca y la familia clariana ha crecido. Actualmente en América central son doce monasterios y es tan incesante el fugo del espíritu que siguen llegando jóvenes para vivir esta experiencia de minoridad, fraternidad, pobreza y clausura como lo vivió nuestra Madre Santa Clara.

Muchas seguimos experimentando aquel domingo de ramos que vivió Clara!! Dejar la casa familiar para vivir la vocación del proyecto de Dios.

La vida de Clara sigue inspirando, a nosotras especialmente enraizadas en una tierra, en un pueblo, en la Iglesia y en el mundo.

A El Salvador llegamos desde el monasterio de Santa Clara en Guatemala un 22 de agosto de 1986 queriendo vivir más de acuerdo con la realidad de estos pueblos pobres y sobre todo destacando los valores propios de la Regla de nuestra Madre Santa Clara como son: la oración encarnada pues la vida contemplativa es nuestra peculiar forma de vida dentro de la Iglesia, la Altísima pobreza, el trabajo con las propias manos en solidaridad con nuestros hermanos pobres, la fraternidad como en una familia, así como también el cuido y protección de nuestra madre Tierra y la lucha por la paz y la justicia en nuestros pueblos.

Y porque el Hijo de Dios, el pobre y humilde Jesucristo es la suma razón de ser de Clara y sus hermanas en San Damián pues aquí se hicieron una sola vocación de Francisco y Clara, como una sola sangre en el corazón de la vida franciscana que es Cristo crucificado y glorioso.

Este acontecimiento marca profundamente  nuestra vida como hermanas Clarisas del monasterio San Damián en los Planes de Renderos, pero también la vida de todo aquel que se ha sentido seducido por el Dios de los pobres que camina con su pueblo.
Que Clara Y Francisco junto a nuestros mártires nos guíen en la construcción del reino pues creemos con toda certeza que otro mundo es posible cuando construimos la Paz y el Bien.

El 11 de agosto de este año estaremos celebrando en el Monasterio San Damián de los Planes de Renderos con la santa misa a partir de las 10:00am seguido de la presentación de la obra musical “Clara de Dios” celebración a la cual todos están cordialmente invitados.

Puedes contactarnos al 2280-8860

Oblatas del Corazón de Jesús




Por: Hn. Margarita peña

En 1874 nace la Pía Unión de las Oblatas del Sagrado Corazón en Montlucon, Francia.  La Beata Luisa Teresa de Montaignac realiza esta  asociación de mujeres cristianas que están estrechamente unidas entre ellas por la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.  Actualmente somos reconocidas como Instituto de las Oblatas del Corazón de Jesús.

Nuestro carisma: ser en el corazón del mundo testigos del Amor, fermentos de unidad y dar a conocer a las personas al Dios de ternura.

Oblación y Misión: Deseamos responder plenamente con todo nuestro ser al Amor de Dios. Ofrecemos al Padre toda nuestra vida para que él la transforme en su Hijo y forme en nosotras un corazón según el Corazón de Jesús.
Nuestra acción brota de nuestra oración y nuestra contemplación del mundo. El amor nos invita a la realización de una “Civilización del Amor”, trabajando, según los países, cerca de los más pobres, los que nada tienen, denunciando las injusticias y opresiones de las que son víctimas.

Vivida a lo largo de los días, la oblación nos hace disponibles a los llamados de Dios. Estamos  comprometidas en la misión de la Iglesia. Damos preferencia a las actividades que piden poco personal, medios modestos y que se caracterizan por su sencillez, siguiendo a Jesús que vivió pobre, con el corazón abierto a todos. Nuestro apostolado es múltiple en sus formas: pastoral educativa, parroquial,  salud, social, etc. Respondemos según nuestros dones, talentos personales y las necesidades del momento. Trabajamos en lo que despierta, nutre, educa la fe y permite un anuncio explícito del Evangelio; buscamos conocer mejor, en la realidad de su vida, aquellos a quienes nos dirigimos.  Ardor, discreción, eficacia, alegría… animan nuestro espíritu misionero

Tres estilos de vida

El llamado a la Oblación reúne en la misma misión dentro del Instituto a Oblatas Religiosas, Seculares, Afiliadas y Hogares Afiliados:

Oblatas Religiosas: la  vida comunitaria es para nosotras, uno de los medios privilegiados de tender a la unidad y de realizar nuestra misión. Hacemos votos de castidad, pobreza y obediencia  según nuestras constituciones.

Oblatas Seculares: consagramos nuestra vida entera por los votos de castidad, pobreza y obediencia según nuestros estatutos y permanecemos en nuestro medio de vida, seguimos viviendo con nuestra familia.

Las Oblatas Afiliadas solteras o casadas, y hogares afiliados: quienes vivimos el Espíritu de la Oblación en el corazón del mundo,  sin compromisos de votos, según nuestras orientaciones de vida. Estamos presentes  en: Francia, Portugal,  Polonia, El Salvador, Nicaragua, Bélgica, Guatemala, México, República Democrática del Congo,  Honduras, Panamá,  República Centro Africana y  Brasil. 

En El Salvador estamos presentes en San Salvador trabajando en educación, parroquias y salud  desde 1894. Y en Guarjila, Chalatenango.

Nuestra espiritualidad  está centrada en el amor, la unidad,  la entrega, la disponibilidad de todo nuestro ser en el seguimiento de Jesús, donde la oración y la acción están estrechamente unidas.

Para mayor información puede contactarnos en:
http://www.ocj-instituto.org
Comunidad Luisa Teresa-Juniorado: Calle el Algodón #52 A  Col. Miralvalle S.S. 
Tel.   25 63 50 90
Cristina Miranda OCJ: cristimiranda@yahoo.com
María Juana Vanegas OCJ: vanegasocj@yahoo.es






Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas


Por: Hna. Dina Esmeralda Morales

Las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas fundadas por San Antonio María Claret y María Antonia París en Santiago de Cuba el 27 de agosto de 1855, quien concibe, inspirada por Dios, que esta Orden Nueva, “Apóstoles de Jesucristo” combata los males de la Iglesia y del mundo a través de:

La vivencia personal del Evangelio... “siguiéndolas pisadas de Cristo, nuestro bien”, por la escucha y acogida de la Palabra...

Anunciarla, por la evangelización en todas sus formas, como comunicación de una experiencia personal...“caminando ellas... enseñen y hagan fácil a los otros el camino”
Con un estilo de vida pobre... “porque por la falta de ella (la pobreza) ha venido a tierra toda la religión”.
La Congregación “Apóstoles de Jesucristo”, hoy Misioneras Claretianas, extendida en 20 países y 73 comunidades.


Nuestro Carisma nos llama a…

 1.   La centralidad de la palabra

La Palabra vivida: “Configuración con Cristo” “Lo primero, y ante todas las cosas, debe el Misioneros Apostólico uniformar su vida, persona y costumbres con su divino Maestro Cristo Jesús” (MA 1) 

La Palabra anunciada: “Evangelización” Nuestra Misión
“El principal fin de las religiosas de esta Orden es trabajar con toda diligencia en el Señor en            guardar el Evangelio… y a imitación de los Apóstoles, trabajar hasta morir en enseñar a toda criatura el Evangelio” Const., 3

Anuncio Misionero “Ad gentes”
“Todo el mundo le debe ser patria al Misionero de Cristo, porque nuestro divino Redentor a todos nos vino a redimir mandando predicar un mismo Evangelio a todo el mundo” (MA, 10)

2.     Eclesialidad

Renovación de la Iglesia: “El Espíritu Santo nos urge, desde el origen del Instituto, a la renovación de la Iglesia…”  (Const., 2)
                       
Predicación:
 “Que nos les falte el pan de la Divina Palabra… pues la Palabra de Dios es pan de vida y luz que disipa las tinieblas… (PR 38, 59)
                       
Pobreza:
“La pobreza es… la llave maestra para introducir en el interior del hombre el Evangelio”             (Constituciones 1969)

 

3.     Con María

“Estaba determinado desde la eternidad el nacer esta Orden de Apóstoles en la Iglesia en el mismo año en que Pío IX dio en dogma de fe la Inmaculada Concepción de María Santísima en toda la Iglesia” (Diario 31)

“María debe ser la gran señal en nuestro caminar… Este misterio nos impulsa a luchar contra el mal en cualquiera de sus formas” (Const., 9)

4.     En comunidad

“No hay cosa que tanto importa… como el tenerse todas las casas de un misma Orden una perfecta caridad y una fina armonía en el vivir como los miembros de un mismo cuerpo” (Constituciones 1869 Número 1)

Llegan a El Salvador el 8 febrero de 2005 a la parroquia de San José en el municipio de San José Villanueva, La Libertad y desde entonces sirven a este pueblo intentando hacer vida desde su ser y hacer el carisma heredado por los fundadores.



Hna. Susan Dewitt


Hna. Susan Dewitt

Las Hermanas de San José de la Paz, mi comunidad religiosa, tienen una larga historia en El Salvador.  Dos de nuestras Hermanas, Hna, Margarita Kling y Hna. Andrea Nenzel, acompañaron a la gente en el refugio Calle Real en las ochentas; Hnas. Eleanora Gilmore y Margarita Byrne trabajaron con el Servicio Jesuita a Refugiados.  En el año 2001 Hna. Eleanora empezó la Misión de Salud en El Salvador de las Hermanas de San José de la Paz y Peace Health (Paz y Salud), una red de hospitales ONG en los Estados Unidos.


Desde 2009, he trabajado como coordinadora en El Salvador para la Misión de Salud.  Cada año llevamos un equipo de médicos, optometristas, farmacistas, enfermeras y interpretes para dar una jornada de consultas médicas en medicina general, pediatría, ginecología y ojos.  A los pacientes, damos medicinas y lentes sin costo; vemos un promedio de 1,500 pacientes en cada jornada.

  Llevamos la jornada en diferentes municipios cada año; en los últimos años, hemos trabajado con las parroquias de Ntra. Señora de la Paz en Tamanique, Santa Cruz de Roma en Pachimalco, San Juan Bautista en San Juan Opico, y San Rafael Arcángel en San Rafael Cedros. En febrero, 2012, estábamos en San José Villanueva, donde atendimos 1,649 pacientes.  

En la jornada médica, siempre encontramos personas con cataratas; a ellos les ofrecimos la oportunidad de participar en nuestra jornada quirúrgica, una semana de cirugía en un hospital nacional en que damos visión nueva a unos 40-50 pacientes. 

Vivo en Suchitoto con la Hna. Margarita Kling.  Mi misión es hacer los preparaciones y tramites para nuestras jornadas, inclusivo coordinación con los promotores de salud y otros voluntarios en el municipio.  También apoyo a algunos pacientes con necesidades especiales y un pequeño grupo de becados.  

Hermana Peggy O'Neill


Hermana Peggy O'Neill

73 años de edad y 56 años de ser religiosa, pertenece  a las Hermanas misioneras  de la Caridad Santa Elizabeth de Nueva Jersey, su llamado surgió cuando estaba en octavo grado y fue tan grande que no encontró tropiezos ni dudó en el camino de lo que deseaba, ya que nació en una familia muy católica que la apoyó. Cuando cumplió 17 años ingresó como postulante por seis meses y posteriormente como novicia.

Su camino como misionera ha sido muy grande viajó a Chile donde brindó su servicio como maestra a mujeres de escasos recursos económicos, posteriormente viajó por Centroamérica y al llegar a El Salvador en los años 1980, decidió que su labor como misionera lo iba a realizar con las personas del país, pues sintió el llamado de quedarse aquí para ayudar y el carisma de los y las salvadoreñas la cautivaron.

Hermana Peggy en la época del conflicto armado que vivió el país, apoyó en el refugio de Calle Real, donde se le ayudó a salvadoreños y hondureños en esa etapa difícil.

Con el pasar de los años y las experiencias vividas en nuestro país, actualmente dirige el Centro Arte para la Paz en Suchitoto Cuscatlán, centro que promueve las artes, creatividad, imaginación e intercambio cultural.

Hermana Peggy lleva más de 26 años ayudando y formando a muchos salvadoreños y salvadoreñas y está decidida a seguir su labor como Hermana de la Caridad en el país.